martes, 8 de febrero de 2011

Reseña: White Lies - Ritual

Tal vez esta reseña llegue con un poco de retraso, pero más vale tarde y bien masticado que pecar de precocidad. El trío británico más “dark” de la escena vuelve después de un par de años paseando su primer disco debut con el que aparentemente consiguieron un éxito notable. Después de ‘To Lose My Life’ nos traen un segundo fascículo titulado ‘Ritual’. Este trabajo ha pasado por las manos del gurú de rock alternativo Alan Moulder (que ha producido nada más y nada menos que a Depeche Mode, The Jesus and Mary Chain, Placebo, The Smashing Pumpkins e Interpol entre otros).

Si te gustó el anterior LP te gustará este también. No hay una evolución aparente en el sonido. Lo más destacable es ese tono grandilocuente que han tomado los nuevos temas que con un manifiesto carácter llena estadios (Harry McVeigh, el líder de la banda, declaró el modelo de Kings Of Leon como un ejemplo a seguir) harán las delicias de los que les tira este género.

También hacen acto de presencia en algunos de los cortes una serie de sintetizadores con un carácter marcado por el pop de los ochenta que junto a unos coros muy bien escogidos, y puede que también los retoques del magnífico productor, nos traen a la cabeza algunos resquicios Depeche Mode.

Sin embargo tanto tremendismo y rimbombancia parecen no tener donde sostenerse. Es como si los temas de sus canciones, sus caras de tormento en las fotos y la portada de su disco tuvieran un halo siniestro bastante premeditado, que a mí desde luego no termina de convencerme. La música no está nada mal, y yo debería estar ahora deshaciéndome en halagos hacia el sonido de estos chicos ya que confieso mi debilidad por este género, pero está claro que les falta algo, un punto fuerte. ¿Qué es? Pues una falta de actitud y personalidad importante. ¡Para parecer oscuro primero hay que serlo!

En definitiva ‘Ritual’ no es un mal trabajo, y seguro que lo disfrutarás mucho si no internas sacarle más jugo del que puede dar y si no te duermes con los largos temas (una media de 5 minutos por canción), que en vez de ayudar a sumergirte en las atmosferas creadas por los sintetizadores, ayudan en muchos de los temas a desconectar. En resumidas cuentas, este trabajo suena bien pero no llena del todo las expectativas que crea en un principio y se queda en un “no está mal”.

Publicación: 18/01/2011

Valoración: 6,5/10

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